domingo, 8 de diciembre de 2013

Plato de la trinchera

El nombre puede parecer excesivo pero es más que acertado por varias razones: se prepara en frío y, salvo en su versión infantil -que requiere horno-, ninguna otra fuente de calor es necesaria; lo he dedicado a la festividad de la Inmaculada Concepción de María, patrona de España y de la fiel Infantería y que hoy celebra la Iglesia; y su aspecto es el del cuerpo médico de la trinchera del frente. Pero está de muerte, además de ser para economías de guerra.

Salen las cantidades un poco a ojo, aviso.

Ingredientes:

1 kg de carne picada de vacuno
1 cebolla grande
Tres dientes de ajo
Perejil fresco
Pimienta
Sal
1 huevo
Un chorrito de aceite balsámico de Módena
Otro de salsa de soja
Un dedo de vodka o aguardiente
1 limón o una lima

Por partes: picamos muy fino, muy fino los tres o cuatro dientes de ajo, la cebolla y el perejil -que ha de ser fresco para que nos añada clorofila-. Lo ponemos todo en un bol de cocina hemisférico -es decir, uno que no tenga el fondo plano porque vamos a tener que mezclar los ingredientes-, junto con la carne, el huevo, la pimienta (bien de pimienta) y la sal. Hemos añadido los sólidos. Mezclamos todo bien con un tenedor hasta que nos haga una pasta. Estará espesa, así que vamos a ir añadiendo líquidos. Primero el de Módena, un chorrito, sin exagerar. Un par de vueltas de tenedor. Ahora la salsa china, tracatá y otro par de vueltas de tenedor en el bol. El dedal de vodka puede aumentarse a dos dedales al gusto del consumidor y, finalmente, un buen chorro, abundante, de limón o lima. Ahora se entenderá lo de la enfermería de campaña. El resultado final es un magnífico Tartar que ha de comerse crudo. Vamos a remover todo bien y a dejar que macere un rato (hay que ponerle una calle en Madrid al que inventó la palabra maceración). Por llevar vinagre, vodka y limón, la maceración es una forma de cocción y no necesita fuego. Nuestro plato, delicioso y no apto para vegetarianos ni corazones remilgados, está listo. En caso de que se nos haya ido la mano con los líquidos siempre podemos agregar un poco de pan rayado para espesar la masa. Y, como en todas las casa debería haber algún niño, para estos podemos separar un poco de nuestro tartar y, engrasando un poco un molde de horno, dejarlo cocer a 200© durante 10 minutos con alguna decoración en queso para que gratine. No suelen protestar.

PD. A este post le añadiré fotos paso a paso cuando lo prepare en casa

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