Papardelle 'Nietos' o de Pollo
Receta de supervivencia que auna lo
mejor de la cocina mediterránea y el estilo cajún. Su nombre deriva
de su parecido con la tradicional pasta italiana, de su ingrediente
principal y del apellido de su instigador, Rafael Nieto, cocinilla y
amante de las 'verduritas'. Fue concebido por el que escribe en una
tarde de aburrimiento y éxtasis creativo. Hereda los genes de la
moussaka, la sartén del pobre y los spaguetti al pomodoro, pero sin
berenjena, pimientos ni espaguetti. Buon appetito.
Ingredientes a ojo para dos personas.
No sobra nada. Si sobra, guardar en un tupper:
Dos pechugas de pollo en filetes súper
finos
Dos cebollas
Un tomate grande
Un paquete de champiñones laminados
Jamón en taquitos
Pimienta negra molida
Albahaca
Aceite
Música de Knopfler
Preparación:
Lavar con agua fría los filetes de
pollo y cortar en tiras largas y como de un centímetro de ancho
(como si fuesen papardelle). La cebolla, en largo y muy muy fina; el
tomate, en tacos.
En una sartén mediana ponemos un poco
de aceite y a pochar la cebolla a fuego muy lento, hasta que
caramelice y obtenga un color marrón sin llegar a quemarse. El
proceso nos llevará más de 20', así que, paciencia. Reservamos.
En la misma sartén, sin limpiar y
subiendo un puntito el fuego, pochamos el tomate. No buscamos el
sofrito sino un punto de caramelizado, cualidad harto difícil por
tratarse de ingrediente tan jugoso. Aquí es donde demostramos
nuestra ciencia gastronómica. Cuando esté casi al punto añadimos
por encima las láminas de champiñón. Cuando el champiñón esté
blando sin llegar a perder su sabor a campo añadimos la cebolla y
albahaca al gusto. Removemos y reservamos.
En la misma sartén, de nuevo sin
limpiar (esto de no limpiar no es por guarros sino para aprovechar
los jugos de lo que vamos haciendo) ponemos un poco de aceite,
subimos el fuego a 'intenso' y le damos caña a los tacos de jamón.
El jamón va a conseguir que no necesitemos añadir sal al plato de
la misma forma que el dulce de la cebolla neutralizará el ácido del
tomate. Cuando estén fritos añadimos los papardelle de pollo y, por
encima, molemos un poco de pimienta. Cuando el pollo esté hecho sólo
nos queda añadir las verduras que teníamos reservadas y pegarle un
último revolcón.
El plato se debe acompañar con vino;
un tintorro le irá de p.m.
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