miércoles, 9 de mayo de 2012

Días de marejada


9 de mayo y aún no hemos cobrado. La empresa para la que trabajo tiene problemas de liquidez, dicen. Evidentemente. Lo peor no es que no hayamos cobrado sino que no sabemos cuándo lo haremos o si loharemos alguna vez. Se disparan los rumores y allá donde vayas sólo encuentras corrillos de trabajadores que hablan en susurros con cara de circunstancias. Han vuelto a salir a la luz la hipoteca, el colegio de los niños, los plazos del coche, el banco que no espera y carga con intereses de demora o devuelve recibos... La situación es angustiosa. Se espera un milagro que no termina de producirse. Los milagros siempre se producen un día después de que se los espere, tal vez para demostrarnos que no había motivos para la impaciencia.Ya, pero cuando el río suena...

Hago un ejercicio que me está vetado: ponerme el el pellejo de mis jefes,de los que tienen la responsabilidad de solucionar la contingencia. Casi me producen lástima. Me los imagino tomando decisiones jodidísimas con la imagen grabada en la cabeza de todos y cada uno de sus empleados, de todos y cada uno de los miembros a su cargo de los empleados de la empresa. No, no, así no hay forma de tomar decisiones complicadísimas. Hay que limpiar la mente, centrarse en los números, salvar los muebles. ¿Por qué es preferible un soltero a un casado, un padre de familia numerosa a uno en la franja de edad en la que se requieren dos, tres años más para cotizar y jubilarse con una pensión decente? Hay que liquidar líneas de negocio, con todo, con lo que nos llevemos por delante; salvar únicamente lo que nos hace rentables y viables hasta la próxima crisis.

Me imagino en esa mesa estudiando las opciones que aportan las líneas de financiación. El banco deniega nuestra petición de una línea decrédito para pagar las nóminas de este mes. A cambio ofrece un 80% de las indemnizaciones una vez firmemos el ERE. Dicen que así, de esta manera, se fomenta el empleo. Puedes despedir trabajadores tranquilamente que te lo financiamos, pero no te financiamos sus nóminas.

Paralelamente peta por los aires el tema de Bankia. Otro motivo para la pataleta.Mi padre trabajó 42 años de su vida para la entidad predecesora, la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Madrid. De pequeño me llevaba de vez en cuando a la oficina del Monte de Piedad y me hacía comprender el valor del ahorro. La psicología adquirida durante tantos años 'de cara al público' le hacían decir que, a la hora de conceder un crédito, sólo le asustaban los que no tenían aparentemente ningún motivo para solicitar el préstamo. La gente más humilde es la más cumplidora -decía. Se matarán a trabajar para pagar sus deudas. Pero de los prepotentes... de esos no puedes fiarte; lo más seguro es que te causen problemas. Claro, era otra España. Las Cajas de Ahorro prestaban al taxista que necesitaba cambiar el coche o al dueño del bar que quería agrandar el salón para dar 20 comidas más al día. Y todos pagaban porque era un deshonor contraer una deuda. Luego la 'Caja' la tomaron los pijos, los técnicos, los amigos de los políticos. El desembarco de las consejerías de Urbanismo asestó la puntilla. Se ganaba más fiando a los especuladores inmobiliarios. Y mucho más siendo un especulador inmobiliario. Y mucho más, finalmente, cambiando la esencia que nos vio nacer y convirtiéndonos en un banco de inversión. Hemos abandonado el populismo; ahora somos tipos importantes y cotizamos en bolsa.